“Madre Patria”, el libro de Marcelo Gullo obligatorio para todos los hispanohablantes

Madre Patria: Desmontando la leyenda negra desde Bartolomé de las Casas hasta el separatismo catalán

Portada del libro, «Madre Patria», obra del politólogo argentino y doctor en Ciencia política Juan Marcelo Gullo Omodeo  (Fotografía cortesía de la autora del este artículo, doctora Esther Morales C.)

…Y cantarán con todas las naciones
Entrelazando los corazones,
y en tal clamor surge un tango argentino
que dice a España, Madre Patria de mi amor.

La anterior estrofa forma parte del tango “La gloria del águila” que fue cantado por Carlos Gardel en homenaje a la llegada del hidroavión “Plus- Ultra” al puerto de Buenos Aires el 10 de febrero de 1926 para expresar el amor de los hispanoamericanos, en este caso de los argentinos, por España. Con el texto completo es como el Dr. Marcelo Gullo Omodeo pone fin a un libro, Madre Patria, de cerca de quinientas páginas en el que, basándose en los acontecimientos que la originaron, desmonta la leyenda negra desde sus comienzos hasta la actualidad.

Marcelo Gullo Omodeo es un historiador argentino de reconocimiento internacional por el análisis sobre política mundial en sus obras y conferencias y, también, por esclarecer temas históricos que, positiva y negativamente, fueron tergiversados para ejercer influencias hegemónicas y populistas. Uno de esos temas es, obviamente, la leyenda negra que envolvió a España durante tantos siglos y que, en vez de ajustar los lazos entre los españoles europeos y los españoles americanos, ha conseguido separarlos, a veces, hasta tal punto de llegar a renegar de los propios ancestros.

En Madre Patria, el doctor Gullo hace una revisión de la historia desde la llegada de los españoles al Nuevo Continente, explica el medio de acción de la corona española de antaño, compara esta con la colonización por parte de los anglosajones y demás colonizadores para comprender la difusa unión sociopolítica que mantenemos hoy día los países hispanos y las mentiras que se han propagado. Madre Patria nos abre los ojos a todos los que desde hace decenas de años buscábamos la verdad encerrada en esa dichosa leyenda negra y nos motiva a luchar en contra de las malas opiniones que otros países, por envidia hegemónica, hicieron recaer en el pueblo español y que son la causa de la desintegración de nuestros propios valores y de nuestra fraternidad, pues como dice el autor:

La crisis de poder en una comunidad tiene su origen profundo en una crisis cultural que se produce cuando una comunidad abandona los valores sobre la que se construyó. [1]

Preguntémonos cuándo se abandonan esos valores y cuáles son. Según Gullo, en el momento en que una sociedad o la mayoría de sus componentes prefiere abandonar su sentido transcendental para dejarse llevar por el placer y el gozo inmediato. Desgraciadamente, ese es el carácter de muchas de nuestras sociedades que han alcanzado este estado de inoperancia espiritual y cultural gracias, en parte, a la influencia que ejercen los sistemas mediáticos que nos sirven las teorías de algunos en bandeja y de forma muy convincente, aunque sin base de veracidad alguna. El esclarecimiento con pruebas certificadas históricamente es el contenido de este libro.

En la primera parte, este historiador nos confronta con las hegemonías de entonces y de ahora, nos explica de dónde surge el afán de encontrar nuevas tierras para conquistarlas, y nos demuestra la diferencia que hay entre “imperio e imperialismo”. En este orden de cosas, certifica con referencias históricas que la “conquista” española en América hizo de España un imperio de la misma forma que se relacionaron la antigua Hispania con Roma, de la que España no era una colonia sino una provincia con fuero y moneda propios. En cambio, las colonizaciones posteriores por parte de los anglosajones, tanto en América del Norte como en Australia y otros continentes, fue un imperialismo en el amplio sentido de la palabra porque, no solamente no se mezclaron con los indios o los aborígenes, sino que los combatieron hasta minimizarlos o destruirlos por completo ya que los consideraban como seres más cerca de la raza animal que de la humana.

¿Por qué entonces surge una leyenda negra contra España y no contra los otros países colonizadores?

España era ya un gran imperio cuando descubrió América y eso despertó siempre envida hegemónica entre las naciones ya formadas como eran Inglaterra y Francia que, dicho sea de paso, fueron siempre la desdicha de la política española. Cuando los ingleses conquistaron América del Norte, no fueron capaces de fundar ciudades con sus infraestructuras ni de mezclarse con los indios de allí. En cambio, España se dedicó, nada más llegar, a fundar ciudades, a construir hospitales en los que eran asistidos los enfermos tanto españoles como indígenas. Fundaron además escuelas y universidades [2] de forma paralela a las que se construían en la Península Ibérica en las que se formaban tanto españoles como indígenas, y enriquecieron la ciencia europea con la introducción de los conocimientos medicinales indígenas. Un ejemplo sin par es el Colegio de Tlatelolco. Allí se fundieron la medicina europea con la de los náhuatl y los jóvenes indígenas aprendían, como en los otros centros, latín, gramática, retórica, lógica, aritmética, geometría, astronomía, medicina, música, pintura, teología y religión. Allí se formaron dos indígenas, Martín de la Cruz y Juan Badiano, que dejaron un magnífico tratado, el Libellus de medicinabilus indorum herbis”, conocido como el Códice De la Cruz-Badiano. [3]

En otro orden de cosas, los colonizadores y avenidos se fueron mezclando con los indígenas y de muchos matrimonios unidos por amor surgieron grandes personalidades, como Marina, llamada despectivamente La Malinche por los antihispanistas, considerada como la madre de México y que fue la traductora, consejera y discreta amante de Hernán Cortés; Leonor Cortés Moctezuma; Leonor Yupanqui; el Inca Garcilaso de la Vega que, convertido al catolicismo y por su amor a su “Madre Patria” ayudó a los españoles en la lucha contra los musulmanes, y así, por nombrar a algunos.

Nuestro historiador explica todas estas cuestiones basándose en documentos escritos, por ejemplo, la Cédula Real del 19 de octubre de 1514 en la que los mismos Reyes Católicos dicen:

Es nuestra voluntad que los indios e indias tengan, como deben, entera libertad para casarse con quien quisieren, así con los indios, como con los naturales de nuestros reynos o españoles nacidos en las Indias y que en esto no se ponga impedimento. […] y nuestras Audiencias procuren que así se guarde y cumpla.[4]

En las llamadas Indias fue, precisamente, en donde nacieron los derechos humanos, si no nos hemos olvidado de Francisco de Victoria. Pero, además, dirijamos nuestros ojos a las culturas precolombinas: En Latinoamérica existía una infinidad de pueblos que se combatían entre sí y, sobre todo, que estaban oprimidos por los imperios azteca e inca que eran antropófagos y que utilizaban a los esclavizados de otras tribus como ofrendas en sacrificios humanos. Estas luchas estaban todavía presentes al llegar los españoles y esa es la razón por la que muchos de estos pueblos se unieran a los españoles en pro de su libertad contra los incas y los aztecas.

El éxito de la leyenda negra en contra de España se debió – y sigue siendo así-, no obstante, a la mala propaganda contra España de las hegemonías imperialistas: Estados Unidos, Inglaterra, Francia y, más tarde la Unión Soviética, según nos cuenta el doctor Gullo. Todas y cada una de esas naciones han contribuido a la disgregación gubernamental de los países latinos entre sí y con respecto a España. También la avaricia textil catalana consiguió la ruina y, como consecuencia, la sublevación cubana, puesto que hasta el mismo Che Guevara era un amante de su “Patria Madre”, como también fue el sueño de Simón Bolívar conseguir un Imperio federado con sede gubernamental en Madrid. Pero entonces reinaba en España Fernando VII que prefirió ser un esclavo de Francia a rey libre del imperio español. Y como dice Gullo, las guerras independentistas americanas no fueron guerras contra España, sino civiles y contra un sistema que perjudicaba a los españoles de ambos continentes y que era el común denominador en la Europa de aquellos tiempos: los regímenes de las monarquías absolutistas.

Uno de los bulos más populacheros y más propagados por España, al menos en mi época escolar por los años sesenta y setenta, era el referente al día de la hispanidad como invento de nuestro dictador Franco para restablecer las relaciones cordiales con Hispanoamérica, cuando fue Juan Hipólito Yrigoyen Alen (1852-1933) – el primer presidente argentino e hispanoamericano que se eligió por comicios libres- quién decidió consagrar el día 12 de octubre a la hispanidad y declarar tal fecha como fiesta nacional en Argentina. Sus razones quedaron escritas en su carta presidencial en la que, entre otras cosas pronuncia:

…Que la España descubridora y conquistadora volcó sobre el continente enigmático el magnífico valor de sus guerreros, el ardor de sus exploradores, la fe de sus sacerdotes, el preceptismo de sus sabios, la labor de sus menestrales, y derramó sus virtudes sobre la inmensa heredad que integra la Nación Americana.[5]

Y es que, en tierras americanas, hubo grandes personalidades intelectuales y políticas que comprendían lo importante que era la hermandad entre todos los pueblos que tienen en común el idioma y la cultura. Algunos de ellos eran mestizos, otros traían una tradición antihispanista, no obstante, encontraron “la verdad de la mentira” en fuentes escritas y entre los mismos ciudadanos que no se dejaban comprar por los ingleses ni por los norteamericanos.

La realidad es que la mayoría de los países de Latinoamérica no pasaron a mejor vida después de las guerras de independencia, y gran culpa fue por la intromisión política de Inglaterra, de Estados Unidos, del comunismo soviético y de tantos agentes externos que han provocado un indigenismo exacerbado que no corresponde con la realidad y que es lo que ha motivado esa obsesión de culpar a España por todos los defectos inmanentes y de que se olvide su tan positiva acción en ese continente durante la llamada época colonial. Todos estos aspectos explicados, atestiguados, y descritos sin floreos ni mentiras es lo que pueden encontrar los lectores en el libro Madre Patria.

¿Habrá un futuro de paz entre todos los hispanohablantes?

Según Marcelo Gullo Omodeo es ahora, precisamente ahora que comienza la gran confrontación entre China y Estados Unidos, que Europa se está envejeciendo y no llegó nunca a encontrar entre sus países una unión más allá de la económica cuando podemos tener una oportunidad y resurgir de las cenizas sin mover más separatismos.[6] Es en estos momentos cuando podríamos marcarnos como un imperio económico y de valores espirituales si toda Hispanoamérica y España se unen, olvidan la leyenda negra, ignoran a los que intentan imponerla (casi siempre son gobernantes con fines hegemónicos) y dirigen sus ojos a sus principios básicos: la lengua y las tradiciones que tenemos en común y que fue la base de esa fraternidad que nos unió durante tantos siglos. Y esto sería muy posible porque la misma Europa Central divaga por el tiempo perdiendo sus raíces espirituales.

Para contestar la pregunta formulada y antes de terminar este artículo con frases con las que termina Madre Patria, quiero añadir mi participación personal a este tema:

Desde mi infancia y pasando por mi juventud hasta hoy, mis contactos con los españoles de América estuvieron siempre llenos de cariño y fraternidad, precisamente, por nuestras raíces y costumbres comunes, y ninguno se puso a pensar de qué etnia provenía, pues todos somos conscientes del privilegio que poseemos por proceder de tal gran mezcla genética. Este sentimiento se agranda, sobre todo, cuando el encuentro tiene lugar fuera de nuestras tierras. Es como la unión que tienen dos hermanos que se reúnen para los buenos ratos, pero también para ayudarse en los momentos difíciles. Por ello, a principios del siglo XX hubo una gran emigración desde España a Latinoamérica. Eran los llamados “indianos” que iban a buscar trabajo en tierras americanas. Eso mismo ocurrió en tiempos de la dictadura de Franco. A finales del siglo XX comenzó la otra emigración y los latinoamericanos son los que se han venido en masa a la Península Ibérica en busca de trabajo. O sea, un auténtico intercambio fraternal.

Desgraciadamente, desde hace unos decenios, han surgido prejuicios entre los españoles de España y los de América y es una consecuencia de la intromisión comunista y anglosajona que intentan, por todos los medios, enemistar a los países hermanos para conseguir una hegemonía ideológica que los lleve a la hegemonía política. Es el mismo movimiento que ha propagado el indigenismo, el afán de perfección en el lenguaje, y tantas cosas más que han ido convirtiendo a nuestra sociedad en una cosa incómoda vitalmente por no querer aceptar que el pasado fue así y que hay que mirar al futuro desde otro punto de vista.

Por tanto, formulo la pregunta: ¿Queremos dejarnos llevar por esa ideología extraña a nuestros principios y destrozar los lazos de unión que mantuvimos durante tantos siglos? Yo me niego rotundamente a ello y os ruego de corazón que olvidéis las rencillas que pudo haber en el pasado de uno o de otro y, sobre todo, que nos liberemos de orgullos falsos, así como de complejos de inferioridad infundados. Este es el sentir de nuestro escritor con cuyas últimas frases de Madre Patria termino esta reseña:

…Es imprescindible terminar con el mito de la leyenda negra para que los hispanoamericanos no lleguen a España cargados de resentimientos o de odio. Es necesario que sepamos que el Imperio era nuestra patria, que esa patria estalló en múltiples fragmentos y que uno de esos fragmentos se llama España, otro Argentina, otro México, otro Venezuela…

…Para que España siga siendo España es necesario que usted y todos los españoles europeos recuerden ahora -y nunca más vuelvan a olvidarlo- que ningún hispanoamericano-moreno, indio o criollo- es extranjero en España y que los españoles americanos sientan que ningún español europeo es extranjero en Hispanoamérica.[7]

[1] Gullo Omodeo, Marcelo: Madre Patria/Desmontando la leyenda negra desde Bartolomé de las Casas hasta el separatismo catalán, Editorial Planeta (Espasa), Barcelona 2021. Página 408

[2] En el libro se encuentra una lista con las fechas de dichas fundaciones. Muchos de estos centros se han conservado hasta la actualidad. Páginas 240 y 241. Véanse también los capítulos 7 y 8, páginas 231 a 282 en los que se habla de estas instituciones.

[3] Página 235

[4] Ley 2, tit.I, lib.vi, en: Gullo Omodeo, Madre Patria, Pág.205

[5] Gullo Omodeo: ibidem, Pág. 363. Extraído de Ignacio Tejerina Carreras, “Yirgoyen y el Día de la Raza: día de la América criolla”, disponible en https://instituto yrigiyen.tripod.com/raza.htm.Consultado el 10 de octubre de 2019.

[6] En varios capítulos de este libro, el autor explica de dónde surgen los problemas de la Unión Europea por estar solamente unida económicamente, pero no por sus tradiciones y valores como ocurre en Hispanoamérica. Expone también el origen del separatismo catalán como una cuestión aprovechada de los movimientos indigenistas y de la misma leyenda negra e, igualmente, surgido de los movimientos extremos que han aparecido en nuestras sociedades los últimos años y que se han alimentado de la mentira histórica.

[7] Pág. 436

(Datos de la edición: Gullo Omodeo, Marcelo: Madre Patria/Desmontando la leyenda negra desde Bartolomé de las Casas hasta el separatismo catalán, Editorial Planeta / Espasa, Barcelona 2021)

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