El 7 de septiembre de 1822 los brasileños se resistieron a ceder al intento de Portugal de transformar a Brasil nuevamente en una colonia tras el regreso de Juan VI a Europa y su hijo Pedro de Alcántara se adhirió a la causa de la independencia, convirtiéndose así en el primer emperador de Brasil.
Doscientos años después se conmemora una vez más este hecho político en el que se recuerdan las importantes implicaciones de todo orden y sus consecuencias con el paso de los siglos. La comunidad brasileña residente en Alemania no ha sido ajena a esta efemérides y este año se ha llevado a cabo el pasado 7 de septiembre de 2022 en la sede de la embajada de Brasil en Berlín, un evento en el que, S.E. Roberto Jaguaribe, Embajador de Brasil en Alemania, dio inicio al evento oficial.
En su discurso de bienvenida al encuentro, el Embajador Jaguaribe se dirigió a los Embajadores asistentes a la reunión, a los Diputados alemanes, a los Secretarios de Estado y a los amigos de Brasil dándoles la bienvenida al evento que con motivo del Día Nacional se llevaba a cabo en el que se conmemora un hecho especialmente importante en el que se marca el segundo bicentenario de la Independencia de su país.
Recordó que la formación de una nación es un proceso permanente, que en el caso de Brasil, aún hay mucho por hacer pero también mucho de qué enorgullecerse gracias a la contribución de varios actores, tanto institucionales como individuales y que en Brasil se le debe mucho a la diplomacia porque fue fundamental para consolidar la independencia y la construcción de país en dos sentidos:
Por un lado: porque era necesario lograr el reconocimiento del nuevo estado y la nueva nación en el escenario internacional, especialmente en Europa en donde el orden mundial conservador establecido en el Congreso de Viena apoyaba con vehemencia el colonialismo.
Por otro lado: porque había que definir las fronteras, pero también en cierta medida geográficamente las de la zona de actuación, delimitaciones que se definieron pacíficamente sin tener que asignar fondos o incluso sin tener que movilizar tropas.
El proceso de negociación en sí, pero además también por muchos otros intereses, les ha permitido a los brasileños acercarse a la comunidad internacional afín lo que también ha favorecido el establecimiento de un orden regional de paz, de seguridad y de buena convivencia con los países vecinos.
Aseguró Jaguaribe que la diplomacia brasileña jugó un papel central en este proceso al sentar las bases para política exterior pragmática y centrada en las negociaciones y en la acción diplomática.
Agregó que la gran diversidad de sus raíces y de su diversidad cultural, así como la similitud de sus desafíos sociales y de desarrollo, han facilitado el diálogo de Brasil con otros países y culturas y les han ayudado a reconocer la legitimidad de posiciones diferentes e incluso divergentes.
Mencionó que el Brasil independiente es la consolidación de una reivindicación nacional, pero también la consecuencia de procesos y acontecimientos en Europa. Europa siempre ha jugado un papel especial en el desarrollo político, social, cultural y económico de Brasil.
«Las antiguas, diversas y estrechas relaciones germano-brasileñas son uno de los capítulos más importantes de este intenso intercambio con Europa».
Retomando la historia del origen de Brasil, indicó que los inicios de estas relaciones se remontan al siglo XVI cuando los primeros alemanes llegaron a Brasil. Al principio eran marineros y mercenarios los que acompañaban a los enviados de las cortes portuguesa y francesa.
Más tarde, pocos años después de la independencia, fueron científicos y artistas quienes se interesaron por Brasil y se realizaron expediciones para estudiar la flora y la fauna y también para documentar las formas de la vida humana en las diversas regiones del país. Estos científicos y artistas resultaron esenciales para que el joven país que iba a empezar a conocerse a sí mismo.
En la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, Brasil recibió a un gran número de inmigrantes alemanes que hicieron una contribución invaluable al desarrollo económico y social del país.
Hoy hay 12 (doce) millones de brasileños con raíces alemanas que están haciendo su parte para que las relaciones bilaterales sean aún más significativas y dinámicas. Mientras tanto, una creciente y próspera comunidad brasileña se está desarrollando en Alemania. Aseguró estar encantado de tener representantes de ambos grupos presentes ese día de celebración.
No obstante aseguró que el gobierno brasileño aún se esfuerza por profundizar y expandir las relaciones con Alemania, entre otras cosas, fortaleciendo el diálogo bilateral.
La naturaleza de una relación madura y mutuamente beneficiosa proporciona una base sólida para el crecimiento de la asociación. Los desafíos del presente en particular ofrecen nuevas oportunidades para un mayor acercamiento entre los dos países. El cambio climático, la búsqueda de una producción de energía sostenible y las amenazas a la salud mundial deben abordarse de manera conjunta.
Hoy, Europa se encuentra en una nueva crisis, cuyo impacto va más allá de sus fronteras geográficas y para la que necesita la ayuda de otros países y regiones para hacerle frente.
Fortalecer los lazos con América Latina, y Brasil es parte de la solución de estos problemas, particularmente con respecto a la confiabilidad de las fuentes de energías renovables.
Sin embargo, la realización de este potencial de cooperación requiere una acción pragmática de ambas partes, en consonancia con las tradiciones de nuestra asociación.
Al mismo tiempo, la crisis en Europa ha exacerbado las tendencias de polarización a nivel internacional. Brasil observa estos acontecimientos con preocupación.
«Una posible nueva división del mundo en bloques significaría el rechazo de la diversidad y de los valores multilaterales, que son los principios y condiciones básicas de la política exterior brasileña y de nuestra actuación internacional“ . Embajador Roberto Jaguaribe.
También crearía nuevos obstáculos para resolver los principales problemas mundiales.
En el pasado, Alemania era conocida por su capacidad como facilitador y mediador. Hoy se espera que ella una vez más ayude a construir puentes.
Con motivo del bicentenario de la independencia de Brasil, recordamos la determinación con la que nuestros antepasados abordaron las difíciles tareas de dar forma al nuevo país.
Este recuerdo fortalece nuestra confianza en el diálogo y la búsqueda de entendimiento. El sentido práctico que prevaleció en la configuración de sus relaciones con otros países, especialmente con Alemania, continúa siendo una guía en la búsqueda de un terreno común.
El respeto mutuo, valores compartidos como la promoción de los derechos humanos, la defensa del orden multilateral y el compromiso con la democracia deben ser el hilo conductor en esta búsqueda.
De la misma manera, debemos reconocer que los puntos de vista diferentes tienen su lugar, no solo entre nosotros, sino también hacia terceros.
Fundamental para esto es y está la rica herencia de conexiones cercanas, afinidades e intimidad que se han desarrollado a lo largo de la larga historia de la relación mutua con Alemania.
Corresponde a ambos gobiernos administrar y fomentar, no solo las relaciones entre ellos, sino también los intercambios, que en esencia son menos relaciones entre gobiernos, que relaciones entre estados y sociedades.
Roberto Jaguaribe entonces brindó por el progreso constante de Alemania y de Brasil y por las buenas relaciones entre ambos países.
Finalmente invitó a los asistentes a visitar la exposición Foto Synthesis del fotógrafo brasileño Ricardo de Vicq, que hace un homenaje a la belleza de la Selva Atlántica.
Finalmente se llevó a cabo una demostración de la comida y de bebidas brasileñas especialmente preparadas para la ocasión como guía de las mejores muestras del sabor brasileño.
