La colonia de artistas de Berlin-Wilmersdorf

La extraordinaria historia de una iniciativa social en la República de Weimar

Berlín está llena de tesoros. Una ciudad en la que al forastero todo le parece posible. En cada rincón le aguarda una sorpresa. Tanta vida. Tanta historia. La multiplicidad como distintivo. Quien se lanza a explorar por las calles Berlín nunca queda decepcionado. Desconocidos para muchos o ya perdidos en el olvido, se alzan todavía alrededor de la Ludwig-Barnay-Platz, conocida en el pasado como la Laubenheimer Platz, los tres bloques de viviendas de la Künstlerkolonie. Cuando se piensa en una colonia de artistas, se tiende a tener una imagen idílica y romántica: una especie de espacio compartido donde una docena de artistas viven juntos y se dedican a ejercer su profesión.

No es este el caso. La construcción de la colonia de artistas berlinesa en los Dorados Años Veinte fue una iniciativa del Gremio de Actores Alemanes (Genossenschaft Deutscher Bühnenangehöriger) y de la Asociación de Escritores (Schutzverband Deutscher Schriftsteller). Su objetivo, ofrecer a los artistas pisos con un alquiler asequible. El 30 de abril de 1927 se puso la primera piedra. En ella podía leerse: „De la nada creáis la palabra y la mantenéis viva, esta casa es para vosotros, los creadores de nuestro tiempo.“ Apenas un año después, en marzo de 1928, el primer bloque está terminado y los primeros inquilinos se mudan a los pisos. La crisis económica mundial retarda la construcción del tercer bloque, que solo estará listo a principios de 1931. El cuarto bloque previsto no llegaría a construirse nunca, ya que el régimen Nazi lo impidió.

Estrellas de la UFA, periodistas, cantantes, actores y escritores, músicos, pintores, bailarines y cabaretistas, a menudo en el paro debido a la crisis de entonces, sin contratos o ingresos regulares forman allí una notable vanguardia. Muchos de aquellos primeros habitantes de la Künstlerkolonie son hoy nombres destacados de la historia cultural alemana. Y también de la resistencia berlinesa al fascismo que se extendía por Europa y la dominaría. En los inquietantes años que preceden a la toma del poder de Hitler, la Künstlerkolonie ya era morada de intelectuales de izquierdas y era llamada por los radicales de derechas el Bloque Rojo. Incluso durante el nazismo y hasta el final de la guerra, se mantiene activa la resistencia en la Künstlerkolonie Berlin-Wilmersdorf. Sus habitantes son considerados enemigos políticos y en consecuencia, perseguidos. Registros, detenciones, palizas.

Hasta que el 15 de marzo de 1933 la Künstlerkolonie sufre el más grave de los ataques del régimen del terror, que se daría a conocer en los periódicos como la Gran Razzia. Hombres de la SA en calidad de fuerzas parapoliciales efectúan registros en las viviendas; libros, revistas y periódicos sospechosos y prohibidos se queman ese día por primera vez en la plaza pública; muchos artistas son detenidos. Después de ese día muchos emprenden el exilio hacia los países vecinos, al continente americano. O se ocultan en la clandestinidad cuando no consiguen salir del país. Aun así, cuando en España estalla la guerra civil tras el golpe de estado del general Franco contra la República, muchos de los habitantes de la Künstlerkolonie en el exilio se unirán a las Brigadas Internacionales, para seguir luchando, esta vez en el frente, contra el fascismo. De ahí surgirán nuevas canciones, novelas y diarios. En 1945 la mayoría de los exiliados regresan a Berlín y a la Künstlerkolonie, donde los supervivientes se reencuentran. Muchos de aquellos socialistas y comunistas convencidos contribuirán sobre todo en el sector ruso a volver a impulsar la vida cultural berlinesa. También después de la construcción del muro, un buen número de ellos seguirán trabajando en el Este.

La Künstlerkolonie existe todavía. Los edificios sobrevivieron a la guerra y otros artistas se mudan a los pisos vacíos. Sin embargo, en los últimos años, a pesar de que los artistas siguen teniendo el derecho preferente a alquilar una vivienda allí, solo algunos de sus habitantes lo son. Y son cada vez menos. La actual especulación inmobiliaria que padece Berlín, afecta también a la Künstlerkolonie.

La historia de aquella colonia de artistas primera es para muchos berlineses desconocida. Para que su existencia no sea olvidada por completo, se fundó en 1987 la asociación KünstlerKolonie Berlin e.V. (KüKo). La Küko se ocupa, entre otras cosas, de la investigación y la conservación de su historia. Este año 2017 la asociación celebra su 30 aniversario. A lo largo de todo este tiempo sus socios han asumido una discreta y considerable tarea: la gestión de un archivo sobre los habitantes y la historia de la Künstlerkolonie. Para ello se recurre a libros y publicaciones, pero también se buscan constantemente nuevos testimonios que hayan vivido allí o sepan de alguno de sus antiguos habitantes desde sus inicios en 1927. Relatos, imágenes y toda información disponible se reúnen y clasifican en el archivo. Se redactan breves biografías de quienes vivieron o todavía viven allí. Recientemente la asociación ha publicado un librito divulgativo: Die Geschichte der Künstlerkolonie Berlin-Wilmersdorf im Überblick, elaborado a partir del material existente en el archivo de la asociación por el grupo de trabajo dedicado a la documentación. Pero la tarea no ha terminado. Se sigue trabajando en ello y se toma buena nota de cada nuevo descubrimiento. Algo tan especial y edificante como este fragmento perdido de la historia de Berlín es sin duda digno de este empeño.

*Anna Tortajada, autora catalana autónoma, afincada en Berlín.

Correcciones: Katrin Müller de Gámez, historiadora y periodista autónoma berlinesa

Con la autorización y el apoyo de la Asociación KünstlerKolonie Berlin e.V.

Fotos y material gráfico del archivo de la KünstlerKolonie e.V.

www.kuenstlerkolonie-berlin.de

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