Celebración del “Día de la bandera haitiana” en Alemania

Cada 18 de mayo la diáspora haitiana en diferentes ciudades del mundo, celebra con entusiasmo el día de su bandera.

S.E. Dr. Frantz Bataille, Embajador de la República de Haití en Alemania.

Esta celebración se lleva a cabo desde entonces con particular emocionalidad y orgullo por parte de la gran diáspora haitiana en diferentes lugares del mundo, principalmente en ciudades en donde residen las colonias más numerosas como Miami, Nueva York, Chicago y Boston, entre otras. Ahora la celebración del 219 aniversario del Día Nacional se ha llevado a cabo en Berlín, organizada por la embajada de Haití en Alemania y llevada a cabo el pasado 18 de mayo de 2022 en el Hotel Bristol de Berlín, evento al que asistieron los representantes diplomáticos de Latinoamérica, de otros países del mundo, de la institucionalidad alemana, empresarios, representantes de la colonia haitiana residente en Berlín y amigos de Haití.

La importancia de esta celebración tiene mucho que ver con el origen de la misma, desde cuando uno de los líderes de la independencia de Haití, Jean-Jacques Dessalines concibió el primer diseño oficial de la bandera nacional en 1803 que se basó en la bandera de Francia a la que se le suprimió el color blanco para marcar la diferencia y recuperarla así dignidad de la nueva nación, quedando entonces la bandera conformada solamente por los colores azul y rojo ordenados horizontalmente. La nueva insignia fue testigo de lo que se conoce como “Juramento de los Ancestros” y del compromiso de los haitianos para defender su libertad o morir.

Asistentes a la celebración del «Día de la bandera haitiana» en Berlín.

El Embajador de la República de Haití en Alemania, S.E., Frantz Bataille, manifestó en su discurso que la celebración del Día de la bandera haitiana se ha considerado como fuente de inspiración para el resto del continente americano y particularmente de 22 repúblicas, por lo que se le considera a su país como la cuna de los valores democráticos y el campeón de las sociedades libres.

En su discurso el Embajador Bataille dijo: “Haití ha surgido de tres continentes y por tanto es portador de una experiencia planetaria. Haití es a pesar de sí mismo, el antepasado de la globalización, sirviendo así de puente entre razas, colores y culturas. Haití de ninguna manera pretende ser una entidad creadora de civilización, pero Haití, por cabalgar entre varias culturas y varios continentes, sigue siendo sensible tanto a la magia de la noche africana, al tango de la pampa, a la batalla de las flores en Niza como a las muchachas de pómulos rosados que corren en los campos de trigo o que saltan en el país de las estepas.

Entendemos así, que Haití pudo derramar su sangre, tanto en las tierras de la Grecia homérica como en la Sabana o bajo las banderas de Venezuela, la Gran Colombia o en la batalla de Ayacucho. América Latina, desde el Golfo de México hasta Tierra del Fuego, es por lo tanto parte de una cierta «haitianidad». La historia del mundo seguirá siendo siempre un río cuyo delta se encuentra en todas partes

Es pues, a pesar de sí misma y de manera espontánea, que Haití es, no sé por qué tipo de magia, solidaria junto a quienes sufren y aspiran a poder decidir su propio destino. Esta solidaridad es a la vez, desde el punto de vista humano y especialmente en la desgracia, la que en nombre de la alegría de vivir, nos convierte en este país del canto, del baile y de la sonrisa y que se inclina a buscar refugio en el bienestar de estar en la cercanía con los demás, más que en la comodidad y en la abundancia.

El “Día de la Bandera haitiana” que celebramos hoy, va más allá del marco exclusivamente haitiano para redescubrir una cierta universalidad, ya sea en el momento del impacto de la independencia africana o en el del nacimiento de las Naciones Unidas o el diminuto Haití de André Malraux que se impuso el francés como idioma internacional.

Artistas que con su voz, con su música y su danza, adornaron bellamente el evento.

La celebración de la bicolor haitiana nació, como bien sabemos, bajo el signo de la unidad, paso esencial que habría de desembocar en la batalla de independencia de Vertiéres. Sin embargo, por decisiva que hubiera podido ser un proyecto así, aún quedan otras conquistas por hacer para sanar las heridas del Tercer Mundo, ya sean enfermedades endémicas, ignorancia, conflictos étnicos e intolerancia.

Haití sigue pagando deudas que no se nombran, por eso en nombre del gobierno haitiano, nuestra misión en Berlín aplaude vigorosamente el próximo anuncio de Alemania por su acto de “mea culpa” con respecto a Namibia, por ejemplo.

Alemania está ganando la paz. Que su ejemplo inspire a un Haití que, nacido de la guerra hace más de dos siglos, no siempre ha podido liberarse de su pasado, y con razón. Este 18 de mayo de 2022 vuelve a llamar a la historia y al precio que ha tenido que pagar Haití.

Haití no es que sea del todo inocente en lo que se acuerda llamar responsabilidades nacionales, pero sí es cierto que la soledad o el aislamiento al que se ha visto obligado Haití, tiene algo que ver con la quiebra por la que la primera república negra del mundo ha sido culpada. Ha llegado el momento de que el resto del mundo mire de otra manera a esta nación que aún sirve de puente entre las razas, colores y culturas de este gran mosaico que es nuestra aldea planetaria.

Larga vida a Alemania ! ¡Viva Haití!»

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