Una visita a la cuna de la democracia alemana

Relato del plan de llegada en pleno 2018 al Castillo de Hambach, en el que se realizara el famoso “Festival de Hambach” el 27 de mayo de 1832.

José Napoleón Mariona. Ex diplomático de El Salvador y autor del artículo.

Reseña de la intención de cómo llegar en el año 2018 hasta el Castillo de Hambach, en donde se realizara un 27 de mayo de 1832 el famoso evento “Festival de Hambach o Hambacher Fest”, subiendo desde la Neustadt hasta llegar hasta este Castillo, ahora en ruinas, de miles de personas ondeando banderas tricolores alemanas: negro, rojo y oro, para exigir que en Europa se instaurara el entendimiento que propagara la Unidad Nacional y donde se reconociesen las Libertades Ciudadanas con la Participación ciudadana.

A manera de prólogo:
La señalización vial o informativa dentro de la red de caminos de acceso es inexistente, en cuanto a la manera de llegar al Castillo de Hambach, el cual, por la razón mencionada debería estar considerado como “la cuna de la democracia alemana”; hubiésemos esperado de la Administración Federal de Carreteras alemanas un poco de fervor patriótico, cuando menos, en mantener instalada unas adecuadas indicaciones visibles de por dónde llegar hasta ese lugar.

Encontramos la ruta correcta porque queríamos llegar, que si no, pues resulta intrincado saber qué camino es el que lleva al sitio. Esto me parece muy significativo y revelador, ya que es lo que me explica el por qué del descuido administrativo alemán por promocionar la animación de estos sitios que constituyen el orgullo de la nación alemana, en una actitud restrictiva de parte de la administración de todo aquello que pudiese estar revestido de nacionalismo.

Encontrando el camino correcto a la cuna de la democracia alemana:
De llegar, se llega, entrando por la Autopista A 65 o transitando por la Carretera Nacional B 37 , bajando luego por el desvío “Neustadt-Süd” y siguiendo por la Carretera Nacional B 39. Una vez allí un aviso que conduce hasta el sitio, pasando por el Barrio de Hambach desde donde la carretera sube hasta culminar en el castillo.

Creo que es mejor comunicarse previamente con los administradores del lugar, para recibir mejores datos de la llegada:
Stiftung Hambacher Schloss
Hambacher Schloss 1832
67434 Neustadt
E-mail: info@hambacher-schloss.de
Teléfono: 06321 9262 90

Los tres lugares alemanes de culto a la democracia:
Considero que junto con la Iglesia de San Paulo en Francfort del Meno, en donde se firmó la Constitución del Imperio Alemán y la fortaleza de Wartburg en Eisenach, en donde 500 profesores y estudiantes universitarios proclamaron la Primera Oposición Política Ultra-Regional, hay que peregrinar sobre todo a este Castillo de Hambach para saborear mejor los frutos de la democracia que aparecieron en las Democracias Alemanas de 1919 y de 1949, de donde ahora podemos encontrar asentados los Derechos Fundamentales en la actual Carta Magna alemana , sobre todo en los artículos, 1.1; 2.2; 3.1; 5.1; 8.1 y 10.1

Consagración constitucional alemana a los derechos democráticos del ciudadadano:
El artículo 1: Define la Protección de la Dignidad Humana.
El artículo 2: Define la Libertad de la Persona.
El artículo 3: Garantiza la Igualdad ante la Ley.
El artículo 5: Proclama la Libertad de Religión y la Libertad de Conciencia.
El artículo 8: Prescribe la Libertad de Reunión.
El artículo 10: Garantiza el secreto postal.

De Saulo a Paulo:
Después de haber servido como diplomático salvadoreño en Alemania durante muchos años, me es tanto más interesante ahora en mi calidad de observador civil latinoamericano residente permanente en Alemania, el intenso impacto que tiene la percepción globalista de estos postulados constitucionales que trascienden todos el ámbito de aplicación sólo en Alemania y sólo para los ciudadanos alemanes, ya que se aplican y se extienden a la humanidad de manera explícita y directa.

Habla de una protección de la dignidad del ser humano en su artículo 1 y es sobre esta base en la que se legisla al decretar todas las leyes alemanas con un sentido de aplicación universal.

Esta comprensión planetaria de la dignidad del hombre, a la cual hay que dotarle de mecanismos eficientes de protección, me ha servido profesionalmente para articular mejor mi comprensión del pensamiento diplomático y administrativo alemán. Sobre todo en cuanto a esa percepción alemana en donde afecta las relaciones con América Latina.

Explicación de esta postura alemana en el Siglo 21:
Aunque es verdad, y hay que respetarla, que la sombra negativa de la derrota militar de 1945 aun continúa marcando la mentalidad alemana del siglo 21 al tratar de evitar que la nación germana vuelva a caer en el aventurerismo militar que la ha llevado a tantas tragedias y desatinos históricos en el pasado. Este espíritu de negación y esta resolución doctrinaria que evite una repetición de lo acontecido en este último capítulo negativo de Alemania, compone el leitmotiv de toda su actuación política y filosófica de hoy en día. Es decir, que queriendo eclipsar el valor nacionalista de este Castillo de Hambach, y sin querer queriendo, en base a ese temor de darle espacio al nacionalismo pernicioso, el hecho concreto es que la señalización de carreteras está carente de servir de guía eficiente al ingenuo conductor que se aventure por las carreteras alemanas a buscar la Cuna de la Democracia Alemana. El inflamado discurso de los políticos alemanes alabando este sitio y su significado, choca rotundamente con la falta de atención patriótica de su administración pública, tanto a nivel local como en el plano federal.

Crónica de la visita a la Cuna de la Democracia Alemana.
Subiendo por la carretera que está bien señalada, eso sí, desde Neustadt, se llega a un sitio evidentemente descuidado.

El desánimo del visitante, que a pesar de todo, logra llegar al lugar:
El visitante es saludado por una calle estrecha que sirve de aparcamiento que tiene pago apremiante, pero que apenas tiene tres expendios automáticos de boletos en un espacio de 2 kilómetros. Un semáforo regula el paso vehicular hacia abajo, o hacia arriba, por aquella tripa estrechada a raíz de los cientos de automóviles estacionados a un lado de la carretera que linda con un barranco sin barreras de protección. El problema agudo consiste en adivinar si no habrá tránsito contrario cuando el turista se encuentra en el medio de aquel inmenso estacionamiento, que a mi juicio, es inapropiadamente improvisado. El colmo de nuestra suerte fue que nos encontramos con que el expendedor automático de boletos de estacionamiento más cercano estaba fuera de uso, por lo que tuvimos que transitar como bailando tango dentro del tráfico vehicular por la total falta de aceras, hasta poder encontrar un aparato que estuviera funcionando.

Después de colocar defensivamente el automóvil, nos dirigimos a la cresta de aquella subida con un 8% de desnivel para encontrarnos con el aviso de que el autobús que conduce ocasionalmente a los visitantes desde la base del siguiente cerro, tampoco estaba funcionando. Pues nada, a subir a pie hasta llegar a un portón nuevo desde el cual se ve la escalinata que ha de conducir hasta el Castillo de Hambach por el lado izquierdo y una calle sin aceras que conduce un poco hacia abajo hacia el Centro de Información de dos niveles, siendo así que el nivel superior no está abierto al público y que parece ser utilizado como bodega.

En la sala de información existe una exposición permanente de productos tipo “duty free”. Allí hay una caja registradora en donde se paga lo que se quiere consumir, o revistas, o para pagar el impuesto de visita al castillo. Sólo por el derecho de ingresar al recinto se pagan 5,50 EUR por persona, incluidos los niños desde los 6 años. Ya si se quiere formar parte del Grupo para la Visita Guiada, habrá que pagar 12 EUR por familia. Los grupos desde 10 personas pagan 4,50 EUR cada uno y los alumnos y estudiantes pagan 1,50 por persona.

La gastronomía en el lugar:
Subiendo por una amplia escalinata se descubre en dónde es que está ubicada la entrada principal, ya que lo más importante que aparece anunciado es la ubicación del “Restaurante 1832”, junto a la entrada al edificio. El nombre del Restaurante no corresponde al número de asientos disponibles, sino a la fecha del evento que le da razón a la visita. Al entrar al castillo, uno es recibido por un ascensor que queda junto a una amplia escalera. Tras habernos sucedido tantas cosas en estas visitas, decidimos evitar alguna otra inesperada sorpresa como el de la posibilidad de tener que pagar por el servicio del ascensor, cosa que podría suceder, decidimos mejor emprender el ascenso de los 4 niveles a pié.

El descuido del personal es evidente:
Hubiera sido mejor haber subido por el ascensor, pues al ir subiendo a pié es inevitable tener que encontrar con la mirada el inmenso desprecio administrativo en aquel caos de materiales y equipos regados por todos lados en las salas de conferencias y en los entrepisos, dando a entender que “aquí lo que no nos cuesta, volverlo fiesta”.

La recompensa por el empeño puesto en llegar al 4º nivel:
Por fin llegamos al nivel superior en donde fuimos recibidos por una exposición de enorme impacto positivo. Diseñada con un pensamiento altamente didáctico, reparte a la audiencia por una ruta retorcida deliberadamente y conformada por tres sendas instalaciones “interactuacionales” que brindan información muy bien dosificada en un orden lineal histórico, partiendo desde lo más antiguo y recorriendo de forma lógica los episodios históricos hasta nuestra época con un amplio contenido informativo que no resulta ser extenuante ni siquiera exigente, culturalmente hablando. De una forma lógica, sencilla y segura, se van recorriendo los temas dentro de una pauta de tiempo en que discurren los acontecimientos.

En realidad ha sido una de las mejores presentaciones museológicas que he visto a lo largo de toda mi existencia como peregrino latinoamericano visitando cuanta fuente de información existente en Europa. Al salir del recinto cerrado se pasa por los paredones de la ruina original, que es una construcción circular, la cual desemboca naturalmente en la escalinata por donde se sube. Allí hay que detenerse para ver el amplio valle de viñedos que se extiende en el horizonte por casi 100 kilómetros visibles desde esta plataforma, claro, dependiendo de las condiciones del clima.

Conclusión y recomendación para los hispanos residentes en Alemania.
Igual donde tengan su residencia en Alemania, lo importante es programar con cuidado esta visita al lugar informándose antes de salir de casa, la abundantes información existente acerca del Castillo de Hambach, en su rol de ”Cuna de la Democracia Alemana”.

Considero que es mejor pernoctar cerca del castillo la noche anterior con la intención de utilizar las horas alrededor del mediodía para la visita efectiva a la instalación y gozar de la libertad de estar allí cuando menos 2 horas en esa sala situada en el nivel más alto del castillo.

De esta manera será el tiempo justo disponible en circunstancias que la mente esté abierta sin la presión propia del viaje, ya que llegando desde muy lejos, tan sólo el tener que poner atención en la ruta o en no perderse, el estrés nos impide disfrutar mejor de esta oportunidad.

Todo tiene su explicación, incluso el modo de ser del alemán de ahora:
Pienso que vale la pena esta visita pues explica muchas cosas que residiendo en Alemania saltan como un conejo desde la chistera del mago, aparentando que son parte de leyes naturales irreversibles y que “son cosas y comportamientos de los alemanes, que siempre han estado presente en su cultura y en su modo de ser” .

Pues para comenzar hay que conocer el por qué a finales de mayo de 1832 se escogió la ruina de aquel sitio que llamaban entonces, “Kästenburg”, en donde se reunirían 20 a 30 mil personas en la que se considera la reunión más grande de la época de los Reyes y Príncipes alemanes.

Hubo en el Palatinado, Pfalz, una ocupación francesa a resultas de la Revolución francesa de 1789, sobre la cual se recuerda con “La Toma de Bastilla” el 14 de julio, pero que para este asunto alemán habría mejor que recordar aquella Revolución francesa por su Declaración de los Derechos Humanos y Ciudadanos por medio de la Asamblea Nacional del 26 de agosto de 1789. Aquello tuvo que someter a conflictos sociales y constitucionales a los pequeños estados alemanes al lado izquierdo del Río Rhin.

Detonando la Contrarevolución por la Alianza, especialmente entre Prusia y Austria, se produjo la declaración de guerra de parte de la Asamblea Nacional de Francia que envió sus tropas revolucionarias hacia el Rhin, pegando fuerte justamente en este territorio del Palatinado. -He descubierto que esto de “renano” no proviene de que alguien haya sido doblemente enano sino que es gentilicio de Renania.

El terror revolucionario se comió a sus propios hijos.
Los Clubes Jacobinos surgieron en la zona de guerra y allí quedaron sembrados como secuela muchos “árboles de la Libertad” en una orgía revolucionaria que terminó culminando con la petición renana de ser “asimilados por Francia”, cosa que sucedió en verdad en marzo de 1793.
Los cadáveres de las personas que eran colgadas en las ramas para morir ahorcados formaban aquellos, “árboles de la Libertad”. Toda revolución que se respete, deja su secuela de terror.

Un Intermezzo fugaz.
El “Convento Nacional Renano-Alemán”, resultó de una elecciones convocadas para febrero de 1793. Allí 130 diputados se reunieron el 17 de marzo de 1793 en donde hoy es la sede del Landtag del Palatinado Renano en Maguncia, local que entonces era conocido como “Mainzer Deutschhaus”.

Conformando el primer Parlamento en suelo alemán.
Aquella “República de Maguncia”: Mainzer Republik”, fue proclamada bajo el nombre oficial de “Rheinisch–Deutschen Freistaat: Estado Libre Renano-alemán”, siendo asimilados por Decreto de la Asamblea Nacional Francesa aquel 30 de marzo de 1793. La reconquista de la orilla izquierda del Rhin por parte de las tropas de Prusia y Austria le dieron muerte prematura a aquella criatura.

La fuerza de la razón o la razón de la fuerza.
Los franceses se volvieron a tomar la margen izquierda del Río Rhin con sus tropas revolucionarias en 1794, intentando instalar una “Rheinische Republik: República Renana”, aunque el Tratado de la Paz de Luneville sirvió de Ratificación a lo convenido en la Paz de Campo Formio en octubre de 1797-1801 entre Napoleón Bonaparte y el Emperador Francisco 2º en donde se decidió ceder por parte de Alemania, la margen izquierda del Rio Rhin a favor de Francia. Así fue que desde 1797 hasta la derrota definitiva de Bonaparte en 1814. El territorio del Palatinado fue entendido como la parte sur del Departamento Francés de Mont Tonnerre (Donnersberg).

El tema social siempre será político para la Derecha , más que para el Centro o la Izquierda:
Por esto hemos de comprender que el recuerdo de aquel episodio francés significó la modernización social y jurídica, con la emancipación sobre todo de la burguesía y la secularización de los bienes de la iglesia y de los conventos religiosos, creando un Nuevo Orden de 1815 en adelante , que le imprimió su sello cultural característico al Palatinado.

La impronta francesa en Alemania:
Pero al mismo tiempo no cayeron en el olvido, ni los excesos de la ocupación francesa con sus olas represivas, ni el afrancesamiento compulsivo, por ejemplo en el idioma administrativo y jurídico, ni las cargas fiscales, ni mucho menos, el reclutamiento forzado para las Campañas Napoleónicas.

El “Code Napoleón” con el cual se introdujo el “Code Civil”, que fuese por enconces el más avanzado Código Civil en Europa entera y luego el “Code Penal” en 1810 con su Orden Procesal Penal desde 1808 , trajo las Vistas Públicas en los Juicios y los Jurados de Conciencia conformados a base de Notables que pusieron a los ciudadanos en paridad jurídica, teóricamente, con sus Señores Feudales.

El enojo cuando el poder juega con la limosna y no con el Santo:
El detonante del descontento en el Palatinado provino del rechazo dentro de la Unión Aduanera Bávara-Prusiana, con el que se impusieron altos gravámenes al vino y al tabaco del Palatinado, por lo que al llegar la mala cosecha en 1816, “El año sin verano”, aquello creó una emigración sin precedentes hacia los Estados Unidos.

Las autoridades forestales bávaras produjeron alzas de precios a la leña y al uso de los terrenos comunales, creando una carestía de alimentos que pegó a las capas más débiles con una fuerza maligna y cruel. Se impusieron penas draconianas por el hurto de leña , llegando a parar ante el Juez casi la 5ª parte de toda la población de todo el Palatinado .

El amigo de mi amigo es mi amigo, …el amigo de mi enemigo es mi enemigo… y el enemigo de mi enemigo es mi amigo.
Al mismo tiempo se creaba una movilización de masas que no tenía precedentes a causa de la lucha contra Napoleón Bonaparte, sobre todo por las conscripciones masivas. Por primera vez no se entendió la guerra como una lucha entre Príncipes y Monarcas sino como una Batalla entre naciones. Por esta razón el Congreso de Viena de 1815 – 1816 al lograr descuartizar a Alemania dejando la Alianza Alemana desarticulada, surgen voces entonces que pronuncian palabras de esperanza empancipadora, sobre todo desde las Asociaciones de Universitarios que habían peleado como “batalladores para la nación”.

Las derrotas napoleónicas tuvieron eco en las Indias Españolas (La hispanoamérica de hoy):
Surgieron anualmente reuniones conmemorativas de la “Batalla de los Pueblos”, en Leipzig, en octubre de 1813, que poco a poco se iban convirtiendo en “plataformas de Unidad Nacional”.
Sucede en el cuarto aniversario, el 18 de octubre de 1817, que la Asociación de Universitarios de Jena invita a reunirse en la Fortaleza de Wartburg en Eisenach para celebrar una “Fiesta Nacional”, manifestándose en contra de la política reaccionaria y a favor de un Estado Nacional Alemán , dotado con una Constitución Alemana. Los 500 profesores y estudiantes que estuvieron reunidos en aquella Fiesta Nacional, “Fiesta en el Wartburg”, fue la primera Oposición Política Ultra –Regional.

La Revolución de Julio de 1830 estremece a Europa.
El Rey francés, Carlos Décimo, decide restituir los privilegios a la Aristocracia en 1830, además de restringir la Libertad de Prensa y de destituir la Asamblea y como resultado de esta intento restaurador surge una Revolución de tres días de agitación (del 27 al 29 de julio) que desemboca en la huida del Rey Carlos X de Francia. La Asamblea coloca en su lugar a Luis Felipe, quien a partir de esto sería conocido como “El Rey burgués” ( no confundir con una Cadena Estadounidense de venta de bocadillos de carne molida asada a las brasas ), siendo este Luis Felipe el feliz introductor de una Constitución Liberal.

De aquella “Revolución de Julio” viene el estremecimiento europeo, pues surgen los Movimientos Nacionales y Liberales acompañados de manifestaciones terroristas y violencia callejera emanadas desde las capas empobrecidas de la población europea. En Holanda la revolución local culmina con la fundación de Bélgica en la forma de Monarquía Parlamentaria, dotándola de la Constitución más moderna de toda Europa entonces . A finales del año 1830 la Unificación Personal del Zar ruso y Rey de Polonia termina con la renuncia a la corona polaca por parte del Zar ruso como resultado de la resistencia polaca independentista contra las tropas rusas, Resistencia que logra forzar la Capitulación de Varsovia el 8 de septiembre de 1831. El Zar es reconocido dentro del marco de la Santa Alianza como el mandatario más despótico y reaccionario, tanto desde la opinión de los Liberales como de los Demócratas.

La cultura de la bienvenida en Alemania:
Y en solidaridad con la heroica resistencia del pueblo polaco, en el Palatinado se conforman los “Comités Polacos”, organizando apoyo material para los alzados, y después de la derrota polaca, los alemanes del Palatinado han de desarrollar la “Cultura de la Bienvenida” a favor de los refugiados polacos que emigran hacia el Palatinado. La burguesía liberal utiliza el “entusiasmo pro-polaco” como marco de lucha contra la Reacción y ha de servir de motor para que se convocara a la “Fiesta de Hambach” en 1832.

La lucha por la Libertad de Prensa llevó a la fundación de la “Asociación de Prensa”, siendo de esta manera la primera Organziación Política de Masas en Alemania :
El pueblo comenzó a interesarse por la lucha verbal entre los Diputados del Palatinado en contra de la Política Reaccionaria del Gobierno de Munich y a lo largo de todo el año 1831 y 1832 los Diputados se van constituyendo también en Editores de Periódicos y Revistas, agrupando así a sendos sectores a su alrededor, según fuese su postura.

El Palatinado se convirtió en poco tiempo en el Centro del Publicismo Liberal siendo la principal figura el Dr. Philipp Jakob Siebenpfeiffer, uno de los convocantes a la Fiesta de Hambach.
La Asociación de Prensa originalmente se llamó, “Deutsche Vaterlands-Verein zur Unterstützung der freien Presse”: Asociación Alemana Patriótica para el apoyo de la Prensa Libre, que se fundó el 29 de enero de 1832 con la firma de 5.000 personas que se habían asociado desde el mes de septiembre. La asociación fue prohibida el 2 de marzo temporalmente debido a que su agitación y esclarecimiento político estaba dándole forma a la futura creación de un Estado Democrático y Nacionalista.

Planeación y realización de la Fiesta de Hambach 1832, “el mayo alemán”:
Desde la proclamación de la Constitución Bávara del 26 de mayo de 1818 por parte del Rey Maximiliano, se quedó la costumbre de hacer una fiesta en el mes de mayo cada año. Así fue como los ciudadanos de Neustadt decidieron celebrar en la primavera de 1832, el 26 de mayo, también una fiesta en el Castillo de Hambach a la cual denominaron “Fiesta de la Constitución”. Peeero, siempre hay un pero, aconsejados por Philipp Jakob Siebenpfeiffer los organizadores cambiaronn los planes originales. Resulta que el periódico “Der Westbote”: El mensajero del Oeste, había sido prohibido a finales de marzo en su sede en Oggersheim y por eso Siebenpfeiffer lo trasladó a Haardt, ahora un barrio de Neustadt situado en la Calle del Vino.

Siebenpfeiffer logró que los organizadores de “La Fiesta de la Constitución” fuera cambiada por una “Fiesta Nacional”, y para recalcar ese cambio la pasaron a un domingo, que fue el 27 de mayo de 1832. Siebenpfeiffer le puso a la fiesta el nombre de “Mayo Alemán” y la dio a conocer, no como una Fiesta de Gracias, sino como una Fiesta de Esperanza.
La fiesta estaría pues, “a favor de la lucha por quitarnos de encima la violencia interna y externa, por el esfuerzo por conseguir una Libertad sustentada por la ley y además de estar a favor de la dignidad nacional”. La invitación se convocó para celebrar, “una agrupación ciudadana” en el Castillo de Hambach, y se dirigió “a todas las ramas alemanas” en la que específicamente se invitaba, “a todas las mujeres -quienes entonces sufrían el desprecio político en el Orden Europeo- lo cual constituía un error y una mancha”. Aquel texto fue suscrito por 32 Ciudadanos de Neustadt, que se habían postulado para actuar como organizadores de la fiesta. Se ordenó que dicha fiesta fuera anulada por decreto del 9 de mayo, aunque para el 17 de mayo quedó sin efecto aquella ordenanza gubernamental.

El efecto sorpresa para los organizadores por el eco a la invitación:
30.000 Ciudadanos procedentes de diferentes Estados Alemanes confirmaron que se habían puesto en marcha hacia Neustadt para participar. Tomando en cuenta la forma del transporte de entonces, esto significa que la resonancia fue extraordinaria, pues aquello era de viajar durante varios días por caminos y calles miserables, de tal suerte que por ejemplo de Maguncia entró una Delegación en la ciudad de Neustadt a las 4 de la mañana luciendo unas cucardas tricolores, hasta cuando la ciudad se llenó de visitantes, colmando los comederos y las plazas públicas.

Cae el telón y se viene encima la reacción de la aristocracia.
Toda la semana siguió aquella fiesta en las ruinas del castillo de Hambach, culminando oficialmente hasta el 1º de junio cuando se arriaron las banderas que habían estado ondeando en el Castillo, siendo llevadas en un desfile popular hasta el centro de la ciudad. Los tricolores en negro, rojo y oro, cundían por todos los ambientes alrededor de la Fiesta de Hambach. Estos mismos colores habían sido utilizados en el estandarte del Sacro Imperio Romano de la Nación Alemana, así como también fueron usados en los uniformes del Cuerpo de Voluntarios de Lutzow, y tammbbiién en esta Fiesta de Hambach.

Nadie ha podido explicar las razones para elegir aquellos tres colores en la Fiesta de Hambach, aunque lo cierto del caso es que en el Castillo todos andaban luciendo este tricolor. Sabemos que las banderas tricolores surgieron en Neustadt, y que también se manufacturaron cucuardas tricolores, lo mismo que fajas que se lucían cruzadas en el pecho. Esta bandera principal de Neustadt se conoció también como la del “Renacimiento alemán” y fue conservada, pudiéndose ser vista hoy en día, en la exposición permanente en el Castillo de Hambach.

La Deutsche Bund, “Alianza Alemana”, prohibió inmediatamente este tricolor al calificarlo de “revolucionario”. Surgió una “cultura recordatoria de la Fiesta de Hambach” como forma de lucha popular, luciendo los caballeros de la región el llamado “sombrero tipo Hambach” y dejándose crecer la llamada “barba tipo Hambach”, rememorando las barbas que habían lucido los oradores principales en el evento. Para fumar se usaron unas pipas en donde estaban inscritos o pintados algunos motivos del Desfile de Hambach e incluso los retratos de algunos prominentes como por ejemplo el perfil del Señor Siebenpfeiffer. Las damas optaron por lucir los domingos el llamado, “delantal de Hambach”, que llevaban pintados así mismo algunos motivos pictóricos del Desfile de Hambach. El artículo más incisivo fue sin embargo, “el chal de Hambach”, el cual se popularizó y todo culminó con la composición musical de cuando menos cuatro piezas para piano: Galopada, Marcha y dos Valses.

Comentario final de mi parte:
Observamos ahora con mucho interés la participación militar del hispanoamericano y venezolano, General don Francisco de Miranda, en varios ejércitos europeos, coincidiendo en aquella turbulenta época dominada por las guerras napoleónicas, para volverlo a encontrar especialmente en la Campaña del General Washington durante la Revolución estadounidense que culminó en 1776 (antes que la Revolución francesa) con la Declaración de Independencia de los Estados Unidos.

Este ímpetu militar habría de servir para que don Francisco de Miranda influenciara a muchos otros compatriotas suyos (españoles nacidos en las Indias – hoy Hispanoamérica) para rebelarse ante lo que consideraban un némesis (Ley de la justicia retributiva), como era el pago de tributos al usurpador francés, sentado entonces en el trono de Madrid.

Tomando estos acontecimientos europeos en el mismo contexto liberal y emancipador, hemos de reconocer como latinoamericanos residentes en Alemania que es saludable, políticamente, visitar estos tres sitios que se tienen como los detonantes de una cultura liberal alemana: La Iglesia de San Paulo en Francfort del Meno, el Castillo de Wartburg en Eisenach y este Castillo de Hambach.

Insto a encontrar paralelos liberales entre nuestra cultura latinoamericana y la cultura liberal alemana, apersonándonos en estos tres sitios históricos con la intención de encontrar elementos que nos unan con Alemania.

Si recorremos las mismas fechas consignadas en este documento, paralelamente con las gestas libertarias en el territorio latinoamericano, hemos de estremecernos al encontrar ejes históricos que se juntan y zurcen por medio de las coincidencias de todas estas estas fechas, tanto a la Europa de entonces, con la América Latina de aquellas épocas. Proseguir las luchas liberales iniciadas por Francisco de Miranda sería la meta espiritual a la cual apuntar desde nuestra residencia en Europa, como latinoamericanos.

Saludos fraternales desde Hamburgo,

José Napoleón Mariona

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